LAVANDA, LA FLOR SILVESTRE QUE ME ENAMORÓ


LAVANDA, LA FLOR SILVESTRE QUE ME ENAMORÓ

He hablado mucho sobre flores. Flores exóticas, voluptuosas, extrañas, tropicales. Pero, sin duda, me quedaba la más grande de todas, la flor que ha conquistado los corazones de todo un mundo, y que me enamoró, la lavanda. Una flor silvestre práctica, sencilla, confiada. Versátil como pocas.

Si existe un aceite esencial por excelencia, desde luego, este es la lavanda.

Pero antes de continuar con sus versátiles y extensas propiedades, lo primero, es comentar y puntualizar que existen diferentes variedades de lavanda.

Entre ellas, la más cotizada y apreciada es la lavanda clásica o fina, la lavándula angustifolia. Imagino que todos tenemos la imagen de los clásicos campos de lavanda franceses. Extensos, morados, sugerentes y relajantes.

Es un aceite esencial versátil como pocos, y uno de los aceites esenciales florales más accesibles dentro de toda la línea floral.

Su aroma es relajante y sedante. Nos transporta a la campiña, a los montes y a la naturaleza. Nos suaviza y nos ayuda a calmar tanto la mente como el sistema nervioso.

Quizás, una de sus acciones más terapéuticas es la de equilibrar los diferentes sistemas de nuestro cuerpo.

A nivel emocional, relaja  a la vez que alivia inquietudes y sombras mentales. Sus moléculas aromáticas, como ayudan a equilibrar y relajar el sistema nervioso central, son de gran ayuda en casos de depresión, estrés y tensión emocional.

Tranquiliza el espíritu, aplaca la ira y combate el agotamiento.

Además, como es un hipotensor natural, es realmente eficaz para lograr un sueño profundo y reparador. Lo que es importante resaltar aquí, es, que si tienes la tensión baja, es posible que te provoque una ligera sensación de somnolencia. Y resultará de excelente ayuda si tienes la tensión alta.

UN POCO DE HISTORIA

La lavanda ha sido parte de la cultura inglesa durante siglos. Se trata de unos de sus remedios naturales más antiguos por sus grandes propiedades. Entre estas propiedades destacan: propiedades insecticidas, analgésicas, antidepresivas, bactericidas, desintoxicantes y tónicas, entre otras.

Las mujeres, en la época de Isabel I de Inglaterra, cosían bolsitas de lavanda en sus vestidos, y todavía, a día de hoy, se siguen utilizando saquitos rellenos de lavanda para perfumar cajones y armarios.

Junto con el aceite esencial de mejorana, es un remedio ideal para tratar dolores, por ejemplo, dolores ocasionados por esguinces, reumatismo o incluso dolores menstruales.

Es especialmente eficaz para tratar el dolor de cabeza, al igual que la menta.

Y si buscamos un repelente de insectos eficaz, la lavanda puede ser una gran aliada. Ideal para aplicar sobre picaduras, heridas y hematomas.

PRECURSORA DE LA AROMATERAPIA

La lavanda fue pionera en su campo, pues el termino aromaterapia fue acuñado por el químico René Gattefosé al tener un contacto “milagroso” con este aceite esencial.

René Gattefosé se quemó su mano con un producto químico en su laboratorio. En un gesto instintivo, introdujo su mano en un bote de aceite esencial de lavanda. De forma “mágica”, su mano cicatrizó sin quemadura ni marca alguna.

Esta es, otra de sus grandes bondades, y yo, personalmente, hago gran uso de ella. Si me quemo, me aplico una generosa cantidad de aceite esencial de lavanda sobre la quemadura, y repito al menos tres veces. Tras su uso, la quemadura regenera perfectamente y no queda marca.

Su uso, acelera la cicatrización de quemaduras, tanto domésticas como solares.

Robert Tisserand destaca sus propiedades tónicas sobre el corazón y sus dolencias asociadas, por ejemplo, histeria, tensión nerviosa y palpitaciones.

Se trata de un aceite esencial especialmente adecuado para niños y ancianos. Para los más pequeños es ideal para aliviar la excitación nerviosa o la irritabilidad. También, por supuesto, para relajarlos y ayudarlos a conciliar un agradable y profundo sueño reparador.

A nivel emocional, como explica Lydia Bosson, la lavanda clásica o lavándula angustifolia aporta armonía, equilibrio y relajación. Alivia de tal forma, estados nerviosos como ansiedad, fobias, miedos y tensión nerviosa.

Un aroma clásico, sencillo, silvestre, limpio y relajante que no puede faltar en tu vida. En Ananke lo encontrarás ya diluido en formato roll on para que su aplicación te resulte fácil y accesible. Un regalo, para toda la familia.

 

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